Por qué las personas se vuelven solitarias y les gusta

Qué hace que una persona se retire voluntariamente de la sociedad y viva una vida de soledad? Para algunos, puede ser un síntoma de trastorno de estrés postraumático (TEPT). Fueron testigos o se convirtieron en víctimas de algún acto horrible, o algo horrible le sucedió a alguien que amaban, y no tenían control sobre eso.

En muchos casos, las personas se vuelven solitarias después de que alguien dentro o fuera del hogar infringe repetidamente su privacidad o los amenaza de alguna manera. El acto o los actos juegan una y otra vez en su cabeza, causándoles pena, ansiedad, culpa y / o miedo. Estas emociones los abruman, dejando poco o nada de espacio para la comodidad, la paz o la alegría. También pueden desarrollar agorafobia, miedo a salir a la calle.

Para algunos, estar solo se siente más cómodo que estar cerca de otras personas. Algunos de ellos disfrutan de entretener sus propios pensamientos y pasatiempos sin la obligación de contribuir a las conversaciones o los acontecimientos de los demás. Su privacidad puede ser más importante para ellos que cualquier necesidad de compartir los detalles de sus vidas. Han pasado gran parte de su vida atendiendo las necesidades de los demás, y sienten la necesidad de alejarse de todo eso y simplemente relajarse y disfrutar de una existencia pacífica.

En algunos casos, la perspectiva de compartir historias de su vida los pone tensos y quieren proteger su privacidad. Cada vez que comparten información privada con otros, a menudo se arrepienten. Muchas de estas personas pueden volverse solitarias porque se sienten inadecuadas. No pueden imaginar por qué alguien encontraría algo interesante que decir. La idea de estar cerca de otras personas que les hacen preguntas les causa más ansiedad que alegría. Alojarse dentro de su propia casa les facilita la vida.

Algunas personas saben que nada de lo que digan o hagan cambiará el pasado. Por lo tanto, creen erróneamente que compartir sus sentimientos sobre el pasado no sirve para nada. Otras personas saben que lo que tienen que decir hará la diferencia. Quieren compartirlo con el mundo. Sin embargo, temen que hablar en voz alta los haga más vulnerables o que sean ellos quienes tiró repetidamente de la pierna de su mamá o papá cuando eran niños solo para escuchar: "Ahora no; estoy ocupado". Ellos eran los que sabían la respuesta en clase, agitaban frenéticamente el brazo de un lado a otro, gritando: "Elígeme; elígeme", solo para escuchar el nombre de otra persona.

Los padres y los maestros son personas ocupadas y, a veces, tienen que prestarle atención a otra persona. Sin embargo, el niño internaliza esto como una creencia de que su voz carece de importancia. A lo largo de sus vidas, las personas sin saberlo hablan sobre ellos porque también tienen algo que quieren que se les escuche. Sin embargo, eso es poco consuelo para las personas que tienen preguntas, respuestas o declaraciones que se tambalean en sus cerebros y no tienen a dónde ir.

Otras personas se quedan adentro porque no pueden permitirse hacer nada que les interese fuera de casa. Al principio, sus amigos los invitan a lugares, pero tienen que declinar porque no tienen los fondos. Cuando esto ocurre una y otra vez, la mayoría de los amigos piensan que ya saben que la persona no se unirá a ellos; por lo tanto, dejan de preguntar.

La persona solitaria se acostumbra a hacer cosas sola en su propio entorno. Cuanto más tiempo pasan algunos lejos de otras personas, más incómodos se sienten cuando tienen que estar cerca de ellos. Sin embargo, algunas de estas personas mantienen amistades y se sienten perfectamente a gusto cuando las visitan.

La necesidad de sentirse seguro en un mundo donde no hay garantía de seguridad contra terroristas extranjeros o nacionales o criminales violentos como acosadores o asaltantes hace que algunas personas elijan una vida de reclusión. Irónicamente, las personas buenas que nunca dañarían a otro ser humano se convierten en prisioneros en sus propios hogares, mientras que las personas que hacen cosas malas o amenazan con lastimar o matar a otra persona o personas caminan libremente. Desafortunadamente, las leyes diseñadas para proteger a las personas de otros que las amenazan rara vez encarcelan al perpetrador por un período de tiempo significativo.

De hecho, en la mayoría de los casos, las leyes brindan más protección al criminal que a la víctima. Muchas víctimas se aventurarían más afuera si el perpetrador fuera encerrado. Si el perpetrador fue encerrado en un estado lejano y no se le permite salir de ese estado, las víctimas de ese perpetrador podrían funcionar fuera del hogar.

Ya sea que el deseo de estar recluido provenga de la comodidad o el miedo, es importante sopesar los riesgos y beneficios de salir al mundo o quedarse y analizar qué opción, si es que hay alguna, podría considerarse con la menor cantidad de pesar. Algunas personas solitarias simplemente necesitan a alguien que les ayude a ver la belleza de quienes son. Necesitan a alguien para escuchar su voz.

Ya sea que griten a todo pulmón desde un podio o se sienten solos en su casa escribiendo en un bloc de notas o escribiendo en una computadora, lo que tienen que decir es importante para alguien en algún lugar. Todas las personas tienen una historia. Sus experiencias cambian continuamente quiénes son y a quién están destinados a convertirse. Cada página de sus vidas tiene la sustancia para enseñar, sanar o entretener. Un simple capítulo de su historia podría, potencialmente, cambiar una vida o, tal vez incluso, hacer del mundo un lugar mejor para vivir.

Los escritores, a veces, se vuelven solitarios porque compartir su conocimiento o sabiduría se convierte en una obsesión. Un amigo se detiene para preguntar si quieren salir a algún lado y se los llevan; diciendo: "No puedo ir ahora. Estoy en medio de un artículo importante", o suena su teléfono y rápidamente lo guardan debajo de la almohada. Su vida y la de todos en ella se convierten en distracciones.

Su objetivo final de expresar su punto de vista los libera de sentimientos de insignificancia e inutilidad. Se imaginan que lo que han compartido en papel o pantalla hace que algo sea más fácil de entender para alguien, o ayuda a alguien a sentirse mejor, o hace que otra persona sonríe o ríe y les gusta. Les gusta trabajar en piezas que entretienen a su audiencia. Dejar su huella en el mundo triunfa al experimentar más. Les gusta la idea de que las cosas pueden ser mejores para las generaciones futuras debido a algo sobre lo que escribieron. Les gusta pasar todo su tiempo trabajando para hacer que las personas del mundo sean más conscientes, más saludables o más felices. Les gusta ser un recluso.

Las personas también eligen o se sienten forzadas a la reclusión por otras razones. Un error común es que se sientan en un estado catatónico y no hacen nada o que todos se sienten tristes o solitarios. Algunas personas pueden estar experimentando una depresión profunda. Es posible que cayeron en la depresión durante un largo período de tiempo, y no se dan cuenta de que su deseo de estar solo es el resultado de eso.

La terapia puede ayudarlos a hacer cambios para sentirse mejor. Sin embargo, muchas personas que eligen un estilo de vida solitario viven vidas productivas haciendo exactamente lo que quieren hacer. Se sienten felices y contentos. Muchos de ellos dirigen negocios desde sus hogares. Algunos pueden concentrar su tiempo en estar más relajados y menos productivos, pero si están contentos y contentos con el lugar en el que se encuentran, están en un lugar mejor que muchas personas que rara vez están solas y que a menudo se sienten solas.

Algunas personas solitarias pueden buscar terapia porque quieren convertirse en seres más sociales, pero no saben cómo sentirse seguras o más cómodas en el proceso. La terapia puede ayudar a las personas que desean mezclarse más con otras personas o sentirse más seguras al aire libre. Cada individuo tiene derecho a elegir y opciones para cambiar si lo desea.